La biblia andina recopilada por un cura y la influencia de las Huacas
- Sobre Huacas
- 21 oct 2020
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En el siglo XVII Francisco de Ávila, cura extirpador de idolatrías, dejo un registro escrito en quechua sobre la mitología del pueblo de Huarochirí. Hoy ese manuscrito, traducido al español por el antropólogo José María Arguedas en 1966, se le conoce como Dioses y hombres de Huarochirí, y es considerado una de las fuentes más importantes para conocer las leyendas de la sociedad y cultura andina prehispánica.
Durante las campañas de extirpación de idolatrías muchos sacerdotes no tenían éxito y se daban cuenta que muchos pobladores de muchas zonas de los andes seguían adorando a las piedras, lagunas o cerros. Francisco de Ávila reconoció que para cristianizar a los pueblos debían conocer las leyendas de los mismos para acabar con estas creencias desde la raíz, es así que se dio el trabajo de recopilar las historias que habían entre los pobladores de Huarochirí y zonas aledañas.
Debemos recordar que las antiguas culturas no tenían documentos escritos y las historias sobrevivían de manera oral de generación en generación, por este motivo es que Ávila es el primero en dejar por escrito en quechua las leyendas e historias que ofrecen una visión clara sobre la mitología andina.
El manuscrito cuenta con 31 capítulos con diferentes historias desde un diluvio, hasta la desaparición del sol, los ritos que tenían en diferentes zonas y sobre todo las leyendas de los Huacas, estos seres eran considerados sagrados y con poderes para animar o transformar lo que quisieran, incluso a ellos mismo o a los hombres.
En el manuscrito podemos ver a los Huacas como personalidades las cuales están en contacto con las personas comunes, hay una batalla muy importante entre algunos Huacas, podemos ver el contacto que algunos Huacas buscaron con mujeres mortales, hubieron personas y animales que pudieron recibir algunos favores o recompensas de los Huacas y otros fueron castigados. Hubo mujeres mortales que se convirtieron en piedras Huaca por haber estado con algún Huaca.
Existieron Huacas con mayor y menor poder entre ellos mismos, algunos ayudaron a construir caminos, andenes, abastecieron de agua para cultivos y otros hasta contribuyeron a ganar guerras contra pueblos enemigos. También habla de los rituales que las personas antiguas tenían para tener contacto con los Huacas, había cantos, sacrificios, ofrendas y hasta vestimentas específicas, el mismo Inca les habla a varios Huacas para pedir ayuda y hasta los reprende amenazando con dejar de darles ofrendas si no lo ayudaban en lo que pedía.
Muchos de estos Huacas terminaron convirtiéndose en piedras, lagunas o nevados por diferentes motivos, es por eso que muchas personas hacían ofrendas en estos lugares en particular. Una vez recopilada esta información y sabiendo dónde es que eran los sitios de adoración de estos Huacas y las fechas cuando lo hacían, Ávila y compañía procedieron a destruir todos los lugares de idolatría, piedras sagradas, y los mismos nuevos cristianos entregaban sus ídolos de barro o madera los cuales usaban para contactarse con el Huaca al que adoraban.
El manuscrito pasó mucho tiempo escondido en España, antes de la traducción de Arguedas ya había una traducción en alemán hecha en 1939 por Hermann Trimborn completándola con dos suplementos realizados por él mismo los cuales suponen la continuación de los 31 capítulos en quechua. El mismo Ávila tradujo solo ocho capítulos al español con algunas diferencias en la traducción del quechua, y el propio Arguedas advierte que la traducción que él hizo no es la mejor de todas ya que hubo palabras y frases que él mismo no pudo traducir. En la actualidad existen otras ediciones del manuscrito realizado por personalidades como Gerard Taylor.


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